Accidente Ofídico

Accidente Ofídico

Las serpientes venenosas "pican" al hombre solamente cuando son molestadas. Cuando el individuo está lo suficientemente cerca de la "víbora" (aproximadamente 50 cm), ésta se enrosca y en forma de resorte (sin saltar) se proyecta hacia la víctima: abre la boca, saca los colmillos y los clava, inyecta el veneno y vuelve a su posición, en fracciones de segundo.

Esta maniobra es propia de los géneros Bothrops y Crotalus. Las Micrurus tienen actitud diferente, son menos agresivas y deben morder para inocular su veneno.

Síntomas

Bothrops sp. (“yararás”)

Los síntomas y signos locales son los que denuncian como causante a una de las especies de este género, ya que con poca cantidad de veneno inyectado, éstos están siempre presentes, y se manifiestan por: dolor inmediato y edema rosado localizado en el sitio de inoculación. Seguidamente, y si la cantidad de veneno es mayor, el edema se torna oscuro y suele extenderse hacia la raíz del miembro lesionado. La acción principal de este veneno es sobre la sangre y el tejido muscular.

Crotalus durissus (“cascabel”)

Esta especie posee un veneno que actúa sobre el sistema nervioso, siendo las lesiones locales reducidas a un pequeño edema con alteraciones de la sensibilidad, seguido más tarde de dolores musculares generalizados, dificultad respiratoria y perturbaciones de la visión, con parálisis flácida total.

Micrurus spp. (“corales”)

La documentación sobre el desarrollo sintomático humano, es escasa, como asimismo los datos epidemiológicos. El envenenamiento esta señalado por síntomas neurológicos, que se manifiestan en pocos minutos, sin presentar otra lesión local que la impronta de la mordida. Decaimiento intenso, trastornos visuales, salivación abundante, vómitos y parálisis respiratoria.

Recomendaciones

Debemos insistir y dejar algunos consejos, respondiendo a las consultas permanentes que efectúa la comunidad a nuestro Laboratorio:

1º) Protegiendo de rodillas hacia abajo con botas, polainas, ropa gruesa o diarios debajo del pantalón, se evita un elevado porcentaje de accidentes. El resto depende de la prudencia de cada uno. Si no se conoce el manejo de las serpientes, obviar su captura sean o no venenosas. Aún muertos, los ofidios venenosos mantiene su peligrosidad.

2°) No introducir las manos en cuevas, nidos, debajo de troncos o piedras; si la tarea rural requiere tal necesidad, utilizar guantes protectores.

3°) No transportar serpientes de ninguna especie, sin tener la autorización correspondiente y los elementos de captura especiales.

4º) Ante un eventual accidente NO efectuar ninguna maniobra heroica (cortes, succión, ligaduras, vendajes, cauterización). Tampoco arriesgarse a una segunda “picadura” intentando cazar la serpiente.

5º) El ofidismo se considera un accidente de suma gravedad. Cuando se frecuenta o vive en una zona con posibilidad de tal percance, es aconsejable como medida preventiva, proveerse de un stock de suero antiofídico, pues no todos los hospitales están provistos de este elemento terapéutico.

6º) En caso de un accidente, la medida más prudente y racional, es transportar al accidentado con el suero al hospital más cercano, para recibir allí el correcto manejo del enfermo.