El Hombre y la Serpiente

Leyendas y creencias

En un nivel científico, el conocimiento de los fenómenos naturales tiene que ver con la Ciencia y sus sistemas de clasificación: Zoología, Botánica, Ecología, etc. y este conocimiento es independiente de las manifestaciones mágico-religiosas. En otros niveles, la interpretación de estos fenómenos, esta asociada a un sistema de “Creencias y Leyendas”.

En nuestro medio donde coexisten ambos niveles, la vigencia de ciertas creencias populares es motivo de estudios y divulgación. La mayoría de éstas responde a observaciones de la realidad, pero no siempre interpretadas correctamente, y así transmitidas de generación en generación con los mismos errores.

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Cientos de LEYENDAS adornan el Folklore mundial. En nuestro país el hombre de campo es el narrador de éstas, pues su vida en contacto con la naturaleza, le da la oportunidad de realizar observaciones sobre las serpientes, que lleva a mantener creencias que, para mejor entendimiento tanto popular como científico.

Existen además algunas creencias que perjudican la salud del hombre, y que a diferencia de las leyendas, son transmitidas por personas que conviven en ciudades organizadas. De esta manera cualquier ser humano imagina tener idoneidad profesional, realizando tratamientos empíricos que generalmente son perjudiciales para sus semejantes.

Leyendas

“LA VÍBORA CUANDO ATACA SALTA”
NO.
Si bien los movimientos de su ataque son rapidísimos, la serpiente NO salta. Nunca despega su cuerpo del suelo en forma total: como mínimo 1/3 queda apoyado. La cola sirve de base a estos movimientos.

“EL AJO AHUYENTA A LAS VÍBORAS”
NO.
Se hallaron víboras y culebras en cargamentos y depósitos de ajo; además, pruebas realizadas en laboratorios demostraron que el ajo NO ahuyenta a estos animales.

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“LAS VÍBORAS MAMAN DE LAS VACAS”
NO.
Según lo demuestran experiencias realizadas, las vacas temen a todas las serpientes. No aceptan que ningún animal mame de ellas, excepto su propio ternero. Muchos menos aceptarían a un animal que no es mamífero, que no tiene labios adaptables a la succión y que pose dientes puntiagudos y filosos.

“LAS VÍBORAS NO PICAN EN EL AGUA PORQUE DEJAN LA BOLSITA DE VENENO EN LA ORILLA”
NO.
Las serpientes que se encuentran en el agua, difícilmente muerdan, pues la mayoría son culebras inofensivas para el hombre. En el caso de una víbora, ésta no podría lanzar su ataque por no tener punto de apoyo.

“LOS SAPOS HACEN UN CÍRCULO DE BABA ALREDEDOR DE UNA VÍBORA DORMIDA, Y ÉSTA AL DESPERTAR NO LO ATACA PORQUE NO PUEDE SALIR”
NO.
Las víboras que se alimentan por lo general de animales de “sangre caliente”, ante la presencia de un sapo o rana se muestran indiferentes y no los atacan. En cambio las culebras que tienen en los sapos y ranas su plato favorito, los atacan con voracidad.

“LAS VÍBORAS HIPNOTIZAN A OTROS ANIMALES PARA CAPTURARLOS”
NO.
Cuando un ratón, un sapo o un pájaro se encuentran inmóviles ante la mirada fija y penetrante de una serpiente, NO están hipnotizados. Permanecen estáticos, como paralizados frente al peligro que representa su enemigo. La falta de párpados y los ojos casi sin movimiento de las serpientes contribuye a afirmar esta leyenda.

“EL ENCANTADOR DE SERPIENTES HACE BAILAR LAS VÍBORAS CON SU FASCINANTE MÚSICA”
NO.
Todas las serpientes son sordas ante las ondas sonoras aéreas, por lo tanto no pueden responder a un ritmo musical. La habilidad del encantador de serpientes consiste en acompañar los movimientos naturales de la víbora con música y mímicas.

Y así un sin número de Leyendas; unas poéticas, otras humorísticas, pero todas inofensivas y que revelan un sentido espiritual, una tradición religiosa, un folklore regional.

Creencias

“LIGADURAS O TORNIQUETES EN EL MIEMBRO PICADO”
NO.
La vieja y maniática costumbre de “ligar” el miembro afectado, no hace más que empeorar al accidentado, pues de esta manera se asfixian los tejidos obstruyendo la circulación sanguínea, aumentando los trastornos locales y aunque sea inmediato NO podrá detener el veneno. Por lo contrario, se deben aflojar las prendas que le ajusten (anillo, reloj, cinturón, etc.), con el fin de facilitar la circulación.

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“CORTES EN EL LUGAR DE LA PICADURA”
NO.
Con esta perjudicial medida, cortamos vasos sanguíneos y brindamos mayores caminos para el veneno. Además los venenos ofídicos actúan sobre la sangre provocando la incoagulación. Por tal motivo cada corte que hagamos, provocará hemorragias que complicarán más al accidentado.

“BEBIDAS ALCOHÓLICAS Y SOLVENTES”
NO.
Los solventes (bencina, nafta, kerosene, etc.) son sumamente tóxicos y queman las mucosas digestivas. El alcohol (vino, caña, whisky) si bien son gustosos y levantan el espíritu, no ayudan en nada al accidentado, ya que no es el espíritu el dañado.

“CAUTERIZACIÓN DE LA ZONA AFECTADA”
NO.
Investigaciones del siglo pasado, demostraron que si ponemos en el fuego un tubo de ensayo con veneno, éste se destruye. Quiere decir el veneno en contacto íntimo con el fuego. Por lo tanto, para llevarlo a la práctica, debemos poner la pierna o zona picada al fuego vivo, quemándola totalmente. Pero como el veneno se difundió por todo el.

Conclusiones

· El único medicamento que detiene la acción del veneno es la administración parenteral de suero antiofídico específico.

· Una vez inyectado el veneno no es posible detener su rápida diseminación ni quitarlo por ningún método físico.

· La gravedad del accidente ofídico dependerá de la cantidad de veneno descargado por la víbora, como también del peso del accidentado.