Especies Ponzoñosas

Ofidismo en Argentina

Ubicación Zoológica

En el Reino Animal, las serpientes u ofidios pertenecen a la CLASE de los REPTILES que, juntamente con los lagartos conforman el orden SQUAMATA.

¿Ofidios o Serpientes?

Referente a los términos ofidios y serpientes (Del gr. ophídion, del lat. serpens), en zoología se refieren al mismo animal, sin hacer diferencia de su peligrosidad, tamaño o hábito. Sin embargo la terminología corriente emplea otros nombres que le permiten una clasificación “casera”, que si bien esta lejos del conocimiento técnico, le resulta cómoda para su entendimiento. Por ejemplo: “culebras” a las que considera inofensivas, “víboras” a las peligrosas por su ponzoña y “boas” a las grandes constrictoras. Además a las “corales” las ubica entre las “culebras”, pero con un veneno capaz de matar al hombre en pocos minutos. Debemos agregar la designación de “yarará”, “de la cruz”, “cascabel”, “crucera“,”coral”, etc., nombres vernáculos, folklóricos y regionales que reciben estos animales.

Organización anatómica de las serpientes

Sin entrar en detalles anatómicos y/o fisiológicos de las serpientes, creemos necesario brindar una breve información respecto a sus características generales, fundamentalmente a la morfología externa, como también a sus hábitos de mayor importancia.

Las distintas especies están adaptadas a diversos climas, desde las calurosas y secas regiones Santiagueñas, hasta la lluviosa y húmeda zona mesopotámica. Desde las altas montañas hasta los ríos y lagunas. Algunas viven en los árboles, otras en madrigueras bajo tierra. Según sea la hora de actividad son diurnas, nocturnas o crepusculares.

No pudiendo calcular su término de vida, se conoce ejemplares que en cautividad superan los treinta años; crecen lentamente y tienen gran vitalidad, observándose movimientos reflejos de su cabeza, que aún separada de su cuerpo por un corte, trata de morder por algunos minutos.

Las de vida subterránea se alimentan de gusanos e insectos; las arborícolas de aves y lagartijas; las acuáticas de peces y batracios; la mayoría de las terrestres prefieren los pequeños mamíferos y batracios. Algunas especies son ofiófagas, mientras que otras, en cautiverio, ejercen el canibalismo accidental.

La falta de mecanismos internos que regulen su temperatura, hace que su cuerpo mantenga la temperatura ambiente, siendo la media ideal entre 25º y 30º. Con temperaturas por debajo de los 15º entran en un período de hibernación y más de 40º en un estado de salud crítico.

La característica principal de las serpientes es la ausencia de extremidades, su traslado se basa en movimientos ondulatorios sin despegar su cuerpo del suelo. Si bien en situación de ataque su lance hacia la víctima es muy veloz, en ningún momento saltan.

Su cuerpo esta cubierto por una piel dura, seca y sin glándulas viscosas, provista de escamas y placas que por su número y disposición son datos importantes para su determinación. La ausencia de extremidades, cintura pélvica y escapular, hace que su cuerpo se presente cilíndrico y proporcionalmente largo, con una cabeza que se destaca por un cuello poco insinuado, al igual que la cola donde va aguzándose paulatinamente.

La importancia de los sentidos es igual que en el resto de los animales, aunque no guardan la misma magnitud, pues algunos sentidos son escasos o nulos, mientras que otros revelan un mayor grado de intensidad. Vista: la mayoría son miopes, estando muy desarrollada para percibir pequeños movimientos a distancias cortas. Oído: al faltarle el orificio auditivo externo, la cavidad del oído medio, el conducto de Eustaquio y la membrana timpánica, son sordas ante las ondas sonoras aéreas. Su oído interno muy rudimentario, sólo le permite captar, a través de su parte ventral, las vibraciones que se transmiten por el suelo. Olfato y gusto: íntimamente ligados por un órgano que se encuentra en el paladar (Órgano de Jacobson). La lengua bífida es el instrumento de estos sentidos, pues cuando la proyecta hacia fuera, recibe partículas aromáticas del aire y del suelo (ventea y rastrea), las introduce en el Órgano de Jacobson y por terminales nerviosas lleva tales impresiones al cerebro. Orificio Loreal: son dos orificios que están ubicados uno a cada lado de la cabeza, entre el ojo y la nariz. Éstos poseen en su interior células muy sensibles a las variaciones de temperatura y solamente las poseen las especies de “yarará” y “cascabel”.

Es importante destacar que estos datos sobre la morfología externa, hábitos y algunas características anatómicas, son esenciales para el especialista en ofidios a la hora de efectuar la determinación de familias, géneros y especies, pero de nada sirven para el inexperto hombre de campo, cazador, mochilero, e inclusive para el médico actuante, que en caso de accidente ofídico pretenda determinar la peligrosidad del animal. Son muchas las publicaciones que presentan un cuadro con los dibujos y detalles como para diferenciar un ofidio peligroso de uno inofensivo, pero algunos de ellos tienen excepciones, otros comparativos, y algunos, como observar la forma de las pupilas, son sumamente difíciles de determinar. Creemos que estas gacetillas, además de confundir al interesado, no tienen ningún valor educativo.

Bothrops alternatus / Bothrops diporus / Bothrops ammodytoides / Lystrophis dorbignyi / Bothrops jararacussu / Bothrops jararaca / Bothrops cotiara / Bothrops moojeni

Micrurus pyrrhocryptus / Micrurus altirostris / Micrurus baliocoryphus / Micrurus lemniscatus / Micrurus corallinus

Crotalus durissus

Género Bothrops (Yarará)

Bothrops alternatus ("yarará", "de la cruz", "urutú", "crucera")

Bothrops alternatus, es un ofidio mediano a grande, capturándose ejemplares de hasta 1,50 mts de largo. Su coloración general es marrón, grisáceo oscuro o negro, con dibujos geométricos grandes y oscuros, de forma arriñonada o de herradura, con ribetes claros que los resaltan. Otra característica distintiva es el diseño en el dorso de la cabeza, formado por una "cruz", a veces en forma de "T", o también de un "ancla" de tono claro sobre fondo oscuro. Se alimenta fundamentalmente de roedores (ratones, cuíses). Es ovovivípara, pariendo una vez al año, luego de seis a siete meses de gestación, de 15 a 20 y hasta 40 viboreznos. Estos presentan los mismos diseños y colores que sus progenitores, así como las características anatómicas de su aparato venenoso, con lo cual pueden provocar un accidente. En nuestro país la distribución tiene su mayor concentración en la Mesopotamia. Es común que con las inundaciones esporádicas que afectanel área costera de los Ríos Paraná y de La Plata, aparezcan abundantes camalotes arrastrando flora y fauna que, para la mayoría de la gente, no son de la zona, Sobre todo cuando aparecen serpientes de distintas especies y las temibles “yararás”. Este fenómeno meteorológico en algunas ocasiones se extiende hasta la localidad de General Madariaga (Prov. de Buenos Aire). Es necesario aclarar que si bien en estas crecientes se observan camalotes transportando ofidios, éstos no vienen de las provincias del norte ni mucho menos desde Brasil. Son especies que siempre estuvieron en la zona, alojadas por necesidad en los montes y pantanales que la gente no frecuenta con asiduidad. Cuando crece el río, a los ofidios del lugar, como a los lagartos y batracios, se les inundan sus ambientes y no tienen otra salida que desplazarse a zonas más altas, que por supuesto son las costas habitadas por el hombre. Pero insistimos, las “yararás” (Botrhops alternatus) que aparecen con las inundaciones (Tigre, San Fernando, Punta Lara), son autóctonas de la costa bonaerense.

Bothrops diporus

Esta víbora conocida en nuestro país como “yarará chica”, “yarará-í (del guaraní), a veces es confundida con la “crucera” (B. alternatus), pues son pocas las diferencias entre ambas, y aún más cuando su piel está reseca próximo a la “muda”. Es la más común de todas las víboras, en cantidad y distribución en todo el país, por lo tanto es la mayor causante de accidentes. Su longitud media es de 80 cm. con un máximo que puede superar los 150 cm. El cuerpo presenta un diseño de media luna color pardo oscuro, de bordes rectos e imperfectos que generalmente se unen en la parte dorsal, sobre un fondo muy variable que puede ser gris o rosado pálido en los flancos. Ventralmente presenta una coloración amarillenta sin manchas. Sobre su cabeza los dibujos son muy variados y borrosos. Al ser acosadas hacen vibrar su cola que al golpear contra el suelo, troncos u hojas secas, produce un sonido que muchas veces la gente las confunde con “cascabeles”.

Bothrops ammodytoides ("yarará ñata")

Es un ofidio pequeño que difícilmente supere los 80 cm de longitud. Su distribución en la provincia de Buenos Aires abarca las zonas de serranías (Tandilia y Ventania) y alrededores, pero por la costa atlántica se extiende hasta la ciudad de Comodoro Rivadavia (paralelo 46°) y por la precordillera hasta la provincia de Tucumán (paralelo 28°). Su coloración general es marrón oscuro a negro, con dibujos oscuros en "ziz-zag" o guarda "griega", con ribetes blancos muy notorios. El nombre de "ñata", es dado por la forma que en general presenta el extremo de la cabeza, con la escama rostral respingada. Se alimenta de pequeños roedores. Es ovovivípara, con un tiempo de gestación de 7 a 8 meses, y pare de 5 a 14 viboreznos.

Lystrophis dorbignyi (“falsa yarará”)

En muestro país existe un ofidio inofensivo para el hombre que frecuentemente es confundido con la verdadera “yarará ñata”, se trata de Lystrophis dorbignyi, quien tiene características similares en su diseño dorsal. También posee la placa rostral con el extremo levantado, apareciendo como "ñata". Sin embargo posee una particularidad propia de esta "falsa yarará" que la distingue de la verdadera "ñata", y es su coloración ventral, que presenta una banda roja desde el medio cuerpo hasta el extremo de la cola, donde el rojo se acentúa aún más. ís no hay ninguna especie de Bothrops (“yararás”), que presente el vientre (“panza”) de color rojo.

Bothrops jararacussu (“yararacussú”)

Perteneciente a la fauna brasileña llega hasta la provincia de Misiones, no siendo muy común su hallazgo. Es la especie de mayor longitud de este género, alcanzando a más de dos metros. De color general negro aterciopelado, cruzado por bandas doradas triangulares. La cabeza también oscura puede llegar a 10 centímetros de largo, decorada con dos franjas transversales amarillentas que van desde sus ojos y llegan hasta la comisura de su boca.

Bothrops jararaca (“yaraca”)

Como la “yaracussú” también corresponde a la fauna de Brasil, atravesando la frontera para asentarse en la Provincia de Misiones, con una longitud que puede llegar al metro y medio. Su cuerpo esta decorado con manchas y colores muy variados, a veces presenta diseños triangulares oscuros cuyos ángulos se unen sobre su columna; otras, motas deslucidas que resaltan sobre un color general muy inconstante, que va desde un gris claro con tonos verdosos a un beige pálido, otras presentan una rosado suave en los flancos. Por su agresividad, en el Sudeste de Brasil, esta especie es la responsable de la mayoría de los casos de ofidismo, por suerte no ocurre lo mismo en nuestro país, motivado los escasos ejemplares hallados.

Bothrops cotiara

Se encuentra únicamente el la provincia de Misiones su presencia es muy escasa y prácticamente no se conocen accidentes. No obstante revisten las mismas características ponzoñosas de las anteriores.

Bothrops moojeni

Esta serpiente, típica de Brasil, esta distribuida en la provincia de Misiones (Departamento Iguazú) y su presencia es más frecuente que las otras brasileñas mencionadas. Su longitud raramente llega al metro y medio. Su coloración variada hace difícil su determinación, en la mayoría presenta su dorso beige, castaño tanto ceniciento oscuro como blanquecino. Como la mayoría de las “yarará”, exhibe manchas arriñonadas, combinadas con varios tonos y resaltados por ribetes claros. Su cabeza no presenta diseños, al igual que su vientre amarillento. De carácter muy agresivo, estando irritada produce movimientos de su cola como también de los músculos a los largo del cuerpo.

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Género Crotalus (Cascabel)

Crotalus durissus – “cascabel”

Acerca de su distribución, generalmente se discute la presencia de esta especie en la provincia de Entre Ríos. Al respecto debemos comentar que el museo de ciencias naturales de Entre Ríos, posee un ejemplar (nº de col. 742), capturado en la paz en el año 1925. El profesor Marcos Freiberg en el año 1939 hace la primera revisión de serpientes en esta provincia, y no agrega otro ejemplar más que el alojado en el citado museo; la misma conclusión obtiene otro especialista en ofidios J. A. Vuoto en el año 1995; y el biólogo alejandro giraudo en el año 2002, cita un ejemplar (sin fecha de captura) de federal (bosques espinal del montiel), que dada la zona aislada de captura, se supone que fue accidentalmente transportado.

Por lo tanto consideramos que si luego de 85 años no se ha documentado la presencia de ningún otro ejemplar, no es razonable aceptar la representación de “cascabeles” para esta provincia.

Es un ofidio que fácilmente sobrepasa el metro y medio. Su cuerpo, proporcionalmente grueso, esta cubierto por escamas carenadas que le dan una apariencia de aspereza. De color general pardo amarillento, con grandes dibujos dorsales romboidales más oscuros y ribeteados de amarillo claro. Su característica más conspicua es la presencia del “cascabel” o crótalo en el extremo de la cola, la cual el animal, ante la presencia de un potencial enemigo, la mueve rítmicamente provocando un sonido característico y muy audible.

Se alimenta de roedores. Es ovovivípara, con un tiempo de gestación muy variable que generalmente pasa los 8 meses, y pare de 5 a 12 viboreznos.

Cola de una “cascabel” con 13 anillos, éstos se van agregando con cada “muda o cambio de piel del animal”. En este proceso de muda, que se da en todas las serpientes, no cambian la piel, sólo se desprenden de una delgada capa externa de la epidermis rica en queratina que la cubre y con el crecimiento de la serpiente se desprende.

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Género Micrurus (Coral)

De las cinco especies que habitan en la Argentina, Micrurus pyrrhocryptus, es la de mayor distribución del país: al oeste y a lo largo del río Paraná -incluyendo el río Paraguay sobre Formosa- hasta la precordillera, y al sur hasta Neuquén.

A pesar de su amplia dispersión, es poco frecuente verla, aún en los serpentarios cuesta observarlas, pues trata de esconderse debajo de cualquier elemento o ambiente natural (hábitos criptozóicos).

De cuerpo delgado, grácil, decorado con triadas de anillos negros, remarcados por anillos blancos más pequeños (el anillo negro central es de mayor tamaño que sus vecinos), estas triadas están separadas por largos anillos rojos. Estas formas anilladas rodean todo el cuerpo incluyendo su parte ventral (“anillos completos”). Su alimento consiste principalmente de otros reptiles, tales como lagartijas y pequeñas culebrillas. Su reproducción es ovípara, depositando de cinco a diez huevos, entre vegetales secos y tierra húmeda, que eclosionan entre 75 y 80 días.

Micrurus pyrrhocryptus

Las cuatro restantes “corales”, se encuentran en la región mesopotámica, y Micrurus corallinus solamente en la Provincia de Misiones, siendo la única coral que no posee triadas de anillos negros.

Micrurus altirostris

Norte de Entre Ríos, este de Corrientes sobre el Río Uruguay (se desplaza hacia Uruguay).

Micrurus baliocoryphus

Entre Ríos, Corrientes y un poco en el sur de Misiones. De la confluencia de los Ríos Paraná y Paraguay se desplaza hacia el norte.

Micrurus lemniscatus

Muy escasa, solamente en el límite entre Corrientes y Misiones.

Micrurus corallinus

Exclusivamente en Misiones, a lo largo del Río Paraná. No tiene triadas de negro. Dos delgados anillos blancos que rodean uno negro más ancho y éstos separados por anillos rojos más anchos que los tres anteriores juntos.

Falsa Coral

Como se mencionó anteriormente, las cinco especies de “corales” de nuestro país poseen anillos que rodean todo el cuerpo, pero también existen imitadoras de éstas, que vulgarmente se las denomina “falsas corales”. Éstas, inofensivas para el hombre, presentan un diseño dorsal parecido a las verdaderas haciendo que la gente las confunda. Para diferenciarlas se observan sus anillos, que no son completos: son semi-cinturones. Sin embargo existe una excepción, ésta se da en la Provincia de Misiones: Erythrolamprus aesculapii, es una “falsa coral” con anillos completos. Diferenciarla de las verdaderas es para especialistas en ofidios.

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